Frente al balance, mañana escuche
Y cuando se haga el entusiasta recuento de nuestro tiempo,
por los que todavía no han nacido,
pero que se anuncian con un rostro más bondadoso,
saldremos gananciosos los que más hemos sufrido de él.
Y es que adelantarse uno a su tiempo, es sufrir mucho de él.
Pero es bello amar al mundo con los ojos
de los que no han nacido todavía.
Y espléndido, saberse ya un victorioso,
cuando todo en torno a uno es aún tan frío, tan oscuro.
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