lunes, 11 de agosto de 2008

El SIDA No Es Una Enfermedad Infectocontagiosa

El Pequeño Periódico, Edición No. 46 de Marzo de 1996A Continuación reproducimos el resumen de cuatro trabajos de investigación presentados por el doctor Roberto Giraldo en el Congreso Europeo de Toxicología (EUROTOX) realizado en Praga, República Checa, entre el 27 y 30 de agosto de 1995. Estos resúmenes se encuentran publicados en inglès en Toxicology Letters Supplement 1/78, p. 34-35, august 1995.I. SIDA y Estresantes — Incremento Mundial de Stresantes Inmunológicos
Cinco tipos de estresantes inmunológicos pueden alterar el funcionamiento del sistema Inmunológico: estresantes químicos, físicos, biológicos, mentales y nutricionales.Ellos provienen de la contaminación ambiental, ocupacional y social; de las condiciones de vida como por ejemplo de la drogadicción, promiscuidad sexual, dietas y condiciones terapéuticas tales como antibioticos, inmunomodulares, AZT y otros quimoterapéuticos.
Diferentes hechos ilustran un incremento significativo de estresantes inmunológicos en las últimas décadas, así como su diversidad dentro de países y continentes. Este incremento puede percibirse claramente midiendo la cantidad misma de estresantes o por determinación de sus efectos sobre el sistema inmunológico. Hay un obvio aumento mundial de la frecuencia de alergias, enfermedades autoinmunes, tumores y enfermedades infecciosas.
Además del incremento constante de los estresantes de la contaminación ambiental, las personas a riesgo de desarrollar el Sida están siendo sometidas a muchos estresantes inmunológicos. Por ejemplo, los hombres homosexuales drogadictos están expuestos a alcohol, drogas, afrodisíacos, semen, enfermedades venéreas, otras infecciones,tratamiento antiinfecciosos, estrés mental, malnutrición. Los drogadictos intravenosos están expuestos a químicos tóxicos, infecciones de transmisión sanguínea, tratamientos antiinfecciosos, estrés mental, malnutrición. Los drogadictos no intravenosos y los alcohólicos están expuestos a tóxicos químicos, infecciones oportunistas, tratamientos antiinfecciosos, estrés mental, malnutrición. Las prostitutas están expuestas a semen, alcohol, enfermedades venéreas, tratamientos antiinfecciosos, malnutrición, estrés mental. Los recién nacidos de madres drogadictas y de madres malnutridas están expuestos a tóxicos químicos, infecciones congénitas, tratamientos antiinfecciosos, malnutrición fetal. Los hemofílicos están expuestos a sangre, factor VIII, infecciones oportunistas, tratamientos antiinfecciosos, estrés mental. Las personas sidafóbicas están expuestas a estrés mental, medicamentos preventivos. Las comunidades de Äfrica Central y del Caribe están expuestas a malnutrición, infecciones oportunistas, parasitosis, tratamientos antiinfecciosos y antiparasitarios, estrés mental. Los negros e hispanoamericanos en Estados Unidos están expuestos a estrés mental, malnutrición, alcohol y otras drogas. Las personas a riesgo de Sida por ocupación, pueden estar expuestas a tóxicos químicos, estresantes electromagnéticos, otras radiaciones, agentes infecciosos, estrés mental, dietas.
II. SIDA y Estresantes — Una Propuesta para la Patogénesis del SIDA
A nivel fisiológico, el Sida puede explicarse como una alteración degenerativa y progresiva de las diferentes células y reacciones matabólicas inmunes, secundaria a exposiciones múltiples, repetidas y crónicas a estresantes inmunológicos. Esta degeneración puede ser causada por un efecto inmunotóxico de los estresantes sobre las células inmunocompetentes. También puede ser el resultado de un efecto inmunogénico debido a sobreestimulación y sobreactivación de las células inmunológicas.
Muchos estresantes de origen químico y biológico pueden tener un efecto inmunogénico sobre las células y funciones del sistema inmunológico. Adicionalmente, los estresantes de origen físico, mental, nutricional y nuevamente los de origen químico pueden tener un efecto inmunotóxico sobre las mismas células y funciones inmunológicas.
A nivel molecular, el Sida es el resultado de alteraciones de las células inmonocompetentes y de las reacciones metabólicas inmunológicas debido a un exceso de radicales libres.
En la actualidad hay dos escuelas de pensamiento para explicar la patogénesis del Sida. La gran mayoría acepta al Sida como una enfermedad viral de transmisión sexual o sanguínea. Un creciente número de investigadores asociados a "Grupo para la reconsideración científica de la hipótesis VIH-SIDA", propone que el Sida no es una enfermedad infecciosa sino el sindrome tóxico-nutricional. Las investigaciones acá presentadas hacen parte y sustentan la segunda posibilidad.
Se recomienda que en lugar de insistir en investigaciones dentro de la hipótesis VIH-SIDA, que no ha brindado ningún beneficio público después de 13 años y billones de dólares gastados, nos concentremos en investigar hipótesis alternas sobre la patogénesis del Sida.
III. SIDA y Estresantes — Una Propuesta para la Historia Natural del SIDA
El sindrome de inmunodeficiencia adquirida es una consecuencia de efectos degenerativos tóxicos e inmunogénicos a estresantes inmunológicos.
El debilitamiento de las tres funciones básicas del sistema inmunológico: defensa, vigilancia y homeóstasis es traducido clínicamente en una variedad de infecciones oportunistas, tumores y alteraciones metabólicas. Si las acciones de los agentes estresantes sobre el huésped no se suspenden y si por el contrario el paciente es medicado con sustancias que actúan potencialmente como estresantes químicos, un estado mayor de activación inmunológica y toxicidad aparece, con un incremento progresivo de necesidades nutricionales concomitante con mayores alteraciones metabólicas. Como consecuencia, las etapas avanzadas del Sida se caracterizan por malnutrición y alteraciones metabólicas severas, las cuales llevan al paciente a un estado irreversible con muerte eventual.
Inspiradas en esta historia natural, se propone nuevas medidas terapéuticas y de prevención del Sida.
IV. SIDA y Estresantes — El Verdadero Significado del VIH
Un retrovirus denominado VIH ha sido asociado a muchas personas con Sida y a riesgo de desarrollarlo. Debido a esta asociación, dicho virus fue postulado como causa del Sida, lo cual ha sido oficialmente aceptado desde entonces. Se propuso que el VIH destruía el sistema inmunológico matando los linfocitos T. También se propuso que una vez positivo para anticuerpos contra el VIH, el individuo desarrollaría el Sida en el futuro. Sin embargo, ninguno de estos postulados ha sido comprobado después de más de una década de intensas investigaciones. Incluso si tal asociación fuese real, hay que recordar que asociación o correlación no son sinónimos de causalidad.
El VIH por sí mismo no es suficiente ni necesario para que el Sida se desarrolle. Hay un número creciente de pacientes con Sida en el mundo que no están infectados con el VIH.
Sin embargo, en las personas con Sida o a riesgo de desarrollarlo, siempre se puede demostrar la presencia de una variedad de estresantes inmunológicos. Esto sugiere fuertemente que los estresantes inmunotóxicos e inmunogénicos descritos en "Sida y estresantes I, II, III" son, en efecto, suficientes y necesarios para causar el Sida.
La presencia del VIH en el Sida podría ser explicado como oportunismo viral o como un marcador de inmunodeficiencia. Adicionalmente, la ocurrencia del VIH en el Sida, así como la presencia de otros retrovirus en otras enfermedades del hombre y de los animales, puede ser una clave para el origen de los virus en la naturaleza. Se describe acá el soporte científico para la posibilidad de que los estresantes de las células vivas actúen como inductores de virus. De tal manera que los virus aparecerían en la naturaleza como una consecuencia de las acciones de una gran variedad de agentes estresantes sobre células vivas de los diferentes especies.
NOTA: El doctor Giraldo sustenta sus investigaciones con más de 900 referencias de la literatura científica y todo hace parte de un libro en edición: "SIDA Y ESTRESANTES"
Roberto A. Giraldowww.RobertoGiraldo.com

domingo, 10 de agosto de 2008

FIN DEL MUNDO

Nosotros los hombres (yo, desde luego, no soy de ésos; pero nosotros, sí), condenados a muerte como estamos (para los que no lo saben, no hay condena), estamos por eso tan ocupados con nuestro futuro (próximo examen, vencimiento de la hipoteca, reserva de avión para el Congreso o las Vacaciones, plan de Jubilación, fijación de fecha de la Boda, chequeo médico anual, trimestral o bisemanal, matrícula del bebé en escuela fina para cuando tenga 5 años) que no nos queda tiempo material para estar aquí y verlas pasar, con la coña encima de que a eso del futuro quieren que lo llamemos vida.Y, más aún, ese afán de saber qué es lo que va a ser de uno tenemos que alargarlo hasta detrás de la propia muerte prometida, y nos ponernos a ordenar papeles y arreglar, dentro de prudentes previsiones, el futuro de lo hijos, y a procurar que el Nombre de uno quede honrosamente escrito en el Libro de la Historia o quizá, en la esquina de una calle. Y aun eso, para nuestra ansia de saber futuro, es poco aún, y trabajamos y hasta, si es caso, damos la vida (como si fuera nuestra) para asegurar en los siglos el futuro del Estado o del imperio en que nos ha tocado caer por azares de los tiempos, o, mirando aún más alto, el porvenir de la Humanidad. Y no, no basta con eso todavía para nuestra necesidad de saber lo que va a pasar (para no sentir lo que está pasando), que le contagiamos esa necesidad al Mundo todo (para eso creemos que hay un mundo Todo), y queremos saber el futuro del Universo; y, como no nos quedamos del todo a gusto con las profecías del Apocalipsis o de Nostradamus o del Calendario Zaragozano (aunque también ésas siguen funcionando al mismo tiempo, y teniendo su clientela), pues acudimos a la Ciencia, que es 1a forma de Fe dominante bajo el Régimen (-Creemos lo que vemos. -Creemos que se ve), a ver qué tiene que decirnos sobre el Fin del Mundo, aunque sea en un plazo de 1027años, o de 101000¿qué más nos da?), o si es eterno, que da lo mismo: el caso es que sea futuro, que sea Tiempo. Y el Principio... si sabemos el Fin, ya lo damos por sabido, hombre.Y ahí está la Ciencia, que asimismo (¿no son los científicos prójimos de nuestra tribu?) se ve obligada a responder. Y ahí está la contradicción viva: que, mientras, por un lado, la pasión misma de la investigación honesta, desmandada, no puede por menos de dejar asomar por las grietas del Sistema vislumbres de la falsedad de las creencias y realidades, 'masa', 'tiempo', 'objetividad', al mismo tiempo muchos de los físicos, no sólo de los imaginativos, también de los más serios y ortodoxos, siguen tratando de dar respuestas (y cálculos numéricos naturalmente) a la cuestión de la Fin del Mundo. Me llega estos días una Resource Letter del Sr. ´Cirkovic' del Observatorio Astronómico de Belgrado, que da cuenta, con una selección de 2o2 publicaciones, del estado actual de la Escatología Física (así se nombra lo que el Catecismo llamaba Ultimidades; pero ahora Físicas, no se vaya a creer que religiosas), con un cuidadoso repertorio de teorías, sean de Espansión o, por el contrario, Contracción y Colapso del Universo por victoria gravitacional de la Materia, contra el influjo de la Energía oscura y Agujeros Negros; sean de Continuación Eterna, compatible o no con una perpétua Aceleración, o acaso) posible reversión de la Flecha del Tiempo, y cálculos de edad del Sistema Solar o de las Galaxias o, en fin, del Universo todo.Todos esos cálculos y teorías se plantean y discuten en un olvido de la pregunta del niño que sigue viviendo debajo de nosotros: ¿Dónde? ¿Por dónde se espande el Universo? ¿Dónde se contrae hasta la infinita aproximación a nada? ¿En dónde se suceden los ciclos de Universos? Se de por supuesto que eso no se pregunta, niño; que la Realidad es todo lo que hay, y no hay lugar a preguntarle dónde.Pero eso, a pesar de todas las Ciencias y Religiones, no mata nunca del todo la pregunta. La pregunta '¿Donde?' es la misma que la pregunta '¿Quién?', la que, ante todas las observaciones, cálculos y teorías de la Realidad, pregunta quién es, que lo ve, lo dice y lo calcula, evi­dentemente desde fuera de la Realidad. ¿Dónde? ¿Quién? Son preguntas que no están hechas para que las responda nadie, sino para acabar con todas las respuestas (falsas, naturalmente) y dejar abiertas las vías de la razón común, del amor de lo que no se sabe.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Sustitúyete...

Sustitúyete siempre a tí mismo
tú no eres suficiente para tí
haz de tu alma una metafísica
una ética, una estética
sustituye en tí a Dios
indecorosamente
es la única actitud
realmente religiosa
(Dios está en todas partes
excepto en sí mismo.)

Fernando Pessoa

domingo, 3 de agosto de 2008

Mi mirar



Mi mirar es nítido como un girasol. Tengo la costumbre de andar por las calles mirando para la derecha y para la izquierda, Y de, vez en cuando mirando para atrás... Y lo que veo a cada momento es aquello que nunca antes yo había visto, yo sé dar con eso muy bien... Sé tener el pasmo esencial que tiene una criatura si, al nacer, reparase en que nació de veras... Me siento nacido a cada momento para la eterna novedad del mundo... Creo en el mundo como en una margarita, porque lo veo. Pero no pienso en él porque pensar es no comprender... El mundo no se hizo para que pensemos en él (pensar es estar enfermo de los ojos) sinoo para que lo miremos y estemos de acuerdo... Yo no tengo filosofía: tengo sentidos... Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que ella es, sino porque la amo, y ámola por eso, porque quien ama nunca sabe lo que ama ni sabe por qué ama, ni lo qué es amar... Amar es la eterna inocencia, y la única inocencia no pensar...
O Guardador De Rebanhos

viernes, 1 de agosto de 2008

Preguntas de un obrero ante un libro

Tebas, la de las Siete Puertas,
¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas?
¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿a dónde fueron los albañiles?
Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares?
Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes?

Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba,
los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota.
¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la ganó, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién paga sus gastos?

Bertolt Brecht